El rumbo es claro, las negociaciones aún son inciertas. Para reducir el déficit público al 4,6 % del PIB para 2026, el ejecutivo está preparando un plan de austeridad de una magnitud sin precedentes. En el plató de BFMTV, el ministro de Economía Éric Lombard anunció un esfuerzo presupuestario de 40 mil millones de euros, necesario según él para recuperar una trayectoria creíble y tranquilizar a los mercados.
Un objetivo ambicioso, que empuja a Bercy a explorar varios dispositivos fiscales y estructurales. Entre las medidas consideradas: la prolongación de ciertos impuestos excepcionales, una revisión de los dispositivos para los jubilados, pero también la reducción del peso de las agencias públicas. La conferencia pública del martes 15 de abril debería permitir esbozar más precisamente los contornos de este plan.
Mantener la presión fiscal sobre los altos ingresos
La señal es fuerte: los ingresos más altos podrían seguir soportando un esfuerzo fiscal específico. Instituida por el gobierno anterior, la contribución excepcional sobre los altos ingresos, presentada originalmente como temporal, ahora se contempla como un instrumento duradero de justicia fiscal.
En concreto, este impuesto afecta a los ingresos superiores a 250,000 euros por año para un soltero y 500,000 euros para una pareja. Al mantenerlo, el Estado espera recaudar alrededor de dos mil millones de euros de «algunas decenas de miles de contribuyentes». Una forma, según el ministro, de apoyar una solidaridad desde arriba, evitando al mismo tiempo aumentar la fiscalidad de las clases medias.
El futuro del impuesto excepcional sobre las grandes empresas, que arreció en 8 mil millones de euros en 2025, sigue siendo incierto. Si Éric Lombard afirma que no se renovará, todavía no se ha tomado ninguna decisión firme según fuentes internas.
Pensiones, agencias públicas y colectividades: gastos en la mira
Bercy también considera una racionalización del aparato administrativo. Las agencias del Estado, a menudo criticadas por su acumulación burocrática, podrían ser objeto de una reducción en su número, personal y recursos operativos. Una disposición ya aprobada el 11 de abril en la Asamblea prevé la eliminación de cualquier nueva creación de instancia consultiva.
El tratamiento fiscal de los jubilados también está bajo reflexión. El gobierno ya no excluye la posibilidad de eliminar la exención fiscal de la que se benefician, ni de desvincular las pensiones de la inflación. Todo ello, propuestas que habían provocado tensiones durante los debates presupuestarios anteriores, pero que vuelven a entrar en la ecuación, bajo la presión del creciente ajuste presupuestario.
Las colectividades locales no están exentas. Ya obligadas a contribuir con 2,2 mil millones de euros en 2025, podrían ser nuevamente solicitadas para contribuir al esfuerzo global. El gobierno, enfrentado a una ecuación contable tensa, parece dispuesto a reactivar este dispositivo, aun a riesgo de provocar tensiones.
🚨 ALERTE DEFICIT: ¡El gobierno anuncia a los franceses un gran esfuerzo por venir!
— MoneyRadar (@MoneyRadar_FR) April 14, 2025
Para mantener el déficit en 2026 en 4,6%, se necesitará ahorrar entre 40 y 50 mil millones de euros.
François Bayrou organiza, este martes, una gran conferencia sobre las finanzas públicas.
¡El énfasis será… pic.twitter.com/jqlvxqD02t
Apostar por el crecimiento a pesar de los vientos en contra
Si los ahorros estructurales representan el núcleo de la estrategia, el gobierno espera también aprovechar un repunte en el crecimiento. Éric Lombard permanece cauteloso pero muestra una esperanza medida: «En 2026, tendremos mayor visibilidad sobre el presupuesto y sobre el entorno económico, especialmente el americano”.
El crecimiento esperado para 2025 se ha reducido al 0,7 %, particularmente debido a las medidas proteccionistas adoptadas por Donald Trump. Para el ministro, la alerta presupuestaria en la que se encuentra Francia es, sin embargo, principalmente el resultado de un endeudamiento acumulado durante años, y no de la coyuntura internacional.
El presupuesto 2026 comenzará a ser discutido desde el 15 de abril, durante una conferencia organizada por François Bayrou. Esta reunión pública debe marcar el inicio de un nuevo método presupuestario, más transparente según las palabras del ministro.